lunes, 8 de junio de 2009

(pienso yo) #2























Ayer por la noche terminé buscando el sueño en la reciente y multicinematográfica "Señales del futuro"; grave error, pues en lugar de la ansiada somnolencia lo que obtuve fueron dos divertidísimas y terroríficas horazas de sobresalto fantasmoagórico y referentes pulp en dosis generosas: absurdo y casposo planteamiento existencial, videncia, colegios vintage, catástrofes interplanetarias...y el actor...o mejor dicho, el icono...bueno, mejor el Mito: Nicolas Cage. Mira que me ha dado por informarme sobre Teoría del conocimiento, pero toda esa literatura epistemológica deviene papel mojado a la hora de explicar el curioso caso de este caballero. Feo como un cardo, mal actor, sensiblero, con una geometría corpórea más topológica que euclidiana, calvo y ¡¡con cejas depiladas!! ¿Cómo justificar su status de estrella interplanetaria? ¿Será gracias a la momificación a base de botox y eyeliner, su indisimulado empelucamiento, su cada vez más notoria expresión facial de pazguato? Este hombre parece un has-been ya en en pleno apogeo de su carrera, embalsamado en vida, ceniciento y ... como de serie B. Ignoro qué pacto mefistofélico le habrá proporcionado su status, pero lo cierto es que, como Lee Van Cleef, Charles Bronson o incluso Charlton Heston, pertenece a un linaje de actores-desastre que, a trancas y barrancas, se llevan la platea al huerto y de calle casi siempre. Lo cual, paradójicamente, me alegra mucho por él. Sigo su carrera con inexplicable interés, y nunca hubiese dado una oportunidad a este juguetito delicioso que es "Señales del futuro" de no aparecer como superstar el bueno de Nicky. Así a lo tonto, el menda tiene en su curriculum un highlight de infinita capacidad redentora de carreras, la para mí fundamental "Adaptation, el ladrón de orquídeas".
"Adaptation" es la segunda gran peli de Spike Jonze y, en mi opinión, el mejor guión que escribirá jamás Charlie Kaufman. Dicho trofeo suele concedérsele a la recurrente y un poco tonta "Olvídate de mí", que como película está muy bien, pero como supuesta "obra maestra deconstructiva y posmoderna sobre el desamor en la megalópolis global" cojea bastante. A fín de cuentas, la película termina con una invocación al "destino" como fuerza motriz del universo, que resulta tremendamente decepcionante. El final de un film tan inteligente debiese haber sido de otra manera, mucho más retorcido y más ambiguo, más valiente, atreviéndose a superar ese corsé de la ficción que es el otorgar a cada personaje una única identidad inmanente, reduciendo la idea del Romanzo a una mera partida de ajedrez entre arquetipos inmutables. "Olvídate de mí" parte astutamente de un juego deconstructivo de vaciado de la identidad, de desmemorización y olvido, para terminar con la cómoda y cobarde conclusión (muy Javier Rioyo) de que "al final de la catársis, se encontraron a sí mismos, eran los mismos y no pudieron escapar a su destino". Sólo la he visto una vez y me da pereza revisarla, porque la imagen que tengo de ella es muy similar a lo que pueda sugerirme su main theme: Beck versionando a The Korgis en un gesto ¿humorístico? que no termina de cuajar.
Charlie Kaufman, zero points esta vez.
"Adaptation" sin embargo es algo infinitamente mayor, más elegante y dubitativo, más gaseoso y vaporoso, disfemístico y original. De hecho, podría ser perfectamente mi película americana favorita. La argamasa conceptual sobre la que se cimenta la estructura de esta adaptación (condición esta, la de "versión en cine de un libro", absolutamente fundamental para entender el calado de la peli) me remite, seguramente de modo muy subjetivo, a cosas como (ejem) las Meninas, (ejem) el Quijote, los autoretratos patéticos de Warhol (y las fotos de Christopher Makos), rollo nerd y La condición posmoderna en plan poesía eremita. Meta-ficticia, auto-referencial o discrónica (chámalle X), sus innumerables alteraciones de la lógica autor vs. personaje, espectador vs. actor, identidad del "ser" vs. identidad del "hacer", la implicación subjetiva y caótica de la biografía del guionista en la película que rueda, y de ésta en la película que rueda Jonze, forman una narración líquida que necesita un segundo visionado para captar sus múltiples perversiones (por ejemplo, la influencia del personaje del hermano en la narración que vemos) que me voy a ver esta noche de nuevo porque me apetece. Y porque gracias a uno de los blogs de Hanghtheguille he decidido que el artefacto cultural que espero con más ansia es la próxima película de Jonze, autor que espero siga creciendo en el futuro (esperemos con los años gane en desconcierto lo que pierda de su pesado lastre trendy) aunque no creo que pueda volver a filmar algo tan redondo como su blockbuster con Nicolas Cage.

Cierro en plan gossip: esta tarde estaba en el gimnasio de la solana un famoso. Un modelo, me suena que haya sido novio de alguna pelandrusca de photocall (ya sabéis, esas parejas-montaje tan absurdas y plasticosas) y la verdad es que en persona es una auténtica monada. Me jode no saber su nombre, porque el filetón en cuestión apareció como recién levantado, malvestido, sin peinar ni maquillar, pero fue verlo entrar por la puerta y de repente entendí los éxtasis de Pitita en sus fortuitos encuentros marianos. Mucho charme. Tiene un físico muy peculiar, desgarbado y con la típica chepa de los chicos altos y tímidos, pero era un primor. ¿Qué hará en la Coru? He de informarme. Mañana os digo su nombre tras googlear, y por supuesto espero cazarlo de nuevo dándole al Skywalker rodeado de mis entrañables gañanazos solaneros.