lunes, 2 de noviembre de 2009



















No he tardado mucho en reservar mi nuevo dominio. El próximo blog en el que estoy trabajando será el
dada2000.blogspot.com

Tengo el concepto pero no los contenidos. Espero poder subir algo esta semana, así que por allí nos vemos.

domingo, 1 de noviembre de 2009











Bueno amigos, otro blog que doy por terminado. El crisisdefe ha sido el que más me he currado y del que he obtenido más cosas. Gracias a este proyecto, he desenredado en mi cabeza muchos asuntos que no tenía nada claros y he conocido un montón de expriencias culturales que desconocía. Como siempre, lo mejor ha sido el feedback con vosotros.
Volveré antes o después con otro proyecto, eso está claro, y os informaré al respecto. Seguramente muy pronto, ya sabéis que no paro. Pero quiero apostar por la vida ¿real? durante un tiempo y utilizar en otras cosas el tiempo que dedicaba a esto.
Si tenéis algún comentario o requerimiento sobre mediatecas o sobre lo que os plazca, mi mail es: crisis_de_fe@hotmail.com

Besos para todos! hasta pronto gentuza :-D

viernes, 30 de octubre de 2009

Rizomanía #5. FUCKault para fundamentalistas




















Me gusta cómo ha quedado la anterior entrada de este hilo, que ha resultado lo más parecido que puedo imaginar a un manifiesto del pop desde la óptica crisisdefe: las celebrities son un fenómeno cargado de democracia, una mitología construída por el pueblo sin que ninguna mano negra pueda hacer nada por imponer su criterio sobre quién debe ser celebrity y quién no. Una campaña de marketing puede producir famosillos efímeros tipo New Kids On The Block, pero para entrar en el Gran Panteón Universal hace falta mucho más que un empresario sagaz. La biografía de una Jackie Kennedy Onassis es tan increíble, que ninguna ficción manipuladora podría hacerle sombra: la gente ha selecionado de ella lo tipificable, y espontáneamente ha relegado el resto al olvido. El hechizo que tiene Madonna supera en efectividad a la más sofisticada campaña publicitaria. El Ídolo que desprecian los intelectuales es aquel constructo cultural producido desde el proletariado desobedeciendo los imperativos moralizantes de los salvaguardas culturales de la Academia.
Como he dicho, creo que el origen de lo mitológico tiene mucho de moralizante, y por ello los grandes pensadores sociales del siglo XX vieron en los ídolos contemporáneos un tremendo peligro en la medida en que si el poder se hiciese con su control, podría convertir a la masa en un ente sumiso y adormecido: de ahí distopías tan fascinantes y necesarias como las de Orwell o Huxley, y la literatura proto-anarquista y anti pop de intelectualos como la Hannah Arendt, Fredric Jameson o el ubicuo FUCKault. Obsesionados por la supuesta dimensión alienante de los medios de comunicación de masas, todos estos pensadores sacan el látigo y nos fustigan por leer desacomplejadamente los cotilleos del Marca, o pasar el viernes con Jorge Javier Vázquez y su delirante fauna, o interesarnos por los detalles más glamourosos (y los más morbosos tambien) de la boda de Chabeli y Bofill. Desde la esfera académica, todas esas costumbres cotianas son embrutecedoras e indignas del epicúreo superhombre del futuro que nos piden que seamos. A un autoproclamado juez moral como el papanatas Javier Rioyo, cosas como esa bizarrísima portada de Sergio Ramos creando tendencia desde un panfletillo gay, le parece poco menos que un signo del inmediato advenimiento del Apocalipsis Moral de occidente.En crisisdefe no nos duelen las vergüenzas al reconocer que dicha portada nos parece divertidísima y hasta sublime. Una de las razones es que viene cargada de información sobre los sueños y ambiciones del ciudadano al que va dirigida (las celebrities, como termómetro moral de la sociedad, no tienen precio), pero tambien y más específicamente, por lo que tiene de lúdica y desacomplejada factoría de magia. Son fenómenos culturales espontáneos y maravillosos, muy en sintonía con lo que Jordi Costa reivindica como tradición dionisíaca de occidente, siempre condenadas por una supuesta élite pensante que ve cómo dichas formas culturales les roban el protagonismo moral que quieren monopolizar. Ese occidente dionisíaco antaño era perseguido por la Iglesia, y hoy en día por los "pensadores progresistas". Foucault hablaba del poder pastoral en tercera persona, ignorando de que tras su discurso se esconde asimismo un pastor moral. O cuando menos, en eso lo han convertido.
Cuanto más investigo el mundo de los filósofos e intelectuales (mundo que no termino de sentir como el mío) más me enfuerece comprobar hasta qué punto son tan castradores como lo habían sido históricamente los curas. La Iglesia tradicional nos culpaba de nuestros deseos, nos obligaba a estar subyugados bajo la verdad inmanente de la Biblia, nos decía que muchas de las cosas que hacíamos con naturalidad estaban mal y nos condenarían al infierno. Hoy en día, ese papel punitivo y castigador de la curia tradicional se la han adjudicado todos esos listillos de la esfera académica que, al modo católico, nos culpan por lo poco ilustre de nuestras más bajas pasiones culturales, por lo malos e insolidarios que somos, y han sustituido el papel del infierno como condena y castigo, por sentencias del tipo "esto que hacéis convertirá el mundo en un espacio de vulgaridad y superficialidad", "lo que os gusta no debería gustaros", "nosotros tenemos contenidos alternativos que os redimirán"... siguiendo el típico esquema totalitarista en el que alguien acusa al pueblo de Pecador y monopoliza la forma de exculpación. Para curarnos del pecado Paris Hilton, un buen chute de Goytisolo.
¿Conocéis a algún seguidor de FUCKault? Estaréis de acuerdo en que, al igual que los lacanianos, son una gente absolutamente fanática que citan al Gurú con la misma sumisión religiosa con la que los Talibanes sacralizan sus textos mitológicos. El fuckaultiano, más que pensar por sí mismo, cita constantemente el epígrafe número 17 del libro 3 del año X, te recuerda la importancia de un aforismo que Michel soltó en su Conferencia / Homilía en Lobaina en no sé qué año, y en cuanto das tu propia versión de lo que dice el filósofo, te sueltan el sempiterno tú no entiendes a Foucault. La interpretación de esos Textos Sagrados ha de hacerse bajo el tutelaje de esos albaceas integristas, que hacen gala de una literalidad hermenéutica similar a la que acusamos a los fundamentalistas islámicos en sus lecturas del Corán. De hecho, es delirante asistir a semejantes ejercicios de canonización de autores que siempre lucharon contra estos servilismos que desvirtúan el mensaje inicial: el propio FUCKault había previsto que, en caso de imponerse sus ideas, sería absolutamente imprescindible que se produjese una reacción intelectual contra ellas, puesto que la historia de la humanidad debería ser un perpetuo revelarse contra los consensos.
He terminado por aburrirme de esas lecturas tan serviles y sacralizantes de Deleuze, FUCKault y todos los demás. Lecturas impersonales y cobardes, en las que el lector se autositúa en posición de sumisión ante las Verdades que indudablemente poseen estos ídolos académicos. Lo interesante de esos autores (su aroma, lo que tienen de meramente atmosférico, su forma de pensar más que el contenido de sus pensamientos) pierde completamente su sentido cuando se sacraliza de un modo tan rudimentario. Y sí: en crisisdefe asentimos en algunas teorías FUCkaultianas, pero tambien leemos el Hola! y muchas de las cosas que decimos seguramente sean intelectualmente incorrectas, que es lo que más nos gusta. Ya lo decía el santificado Lacan : "Como revolucionarios, sois unos histéricos en busca de un nuevo amo. Y lo tendréis".

jueves, 29 de octubre de 2009

Rizomanía #4. Artemisa es una celebrity, Epiménides es telebasura











Una de las pocas cosa interesantes que he sacado del Douvignaud que estoy leyendo, es el capítulo en el que explica la interdependencia entre las estructuras relacionales que las culturas politeístas atribuían a sus Dioses,y la propia estructura social en la que tenían lugar dichas creencias. Es decir, si estudias el panteón de cualquier superchería tribal africana (por ejemplo, el parentesco que atribuían a sus dioses, su relación entre ellos, si todos tenían las mismas prerrogativas, etc.) era una especie de versión delirante de cómo se estructuraba socialmente la tribu real: si es democrática, si dependen de la fuerza o de la inteligencia, si hay uno más poderoso que los demás, etc. ¿Por qué? Pues naturalemente, porque las narraciones míticas que se inventaban sobre sus deidades y seres mitológicos, tenían como objetivo enviar mensajes morales a los creyentes para que, de ese modo, pudiesen creer que el diagrama organizativo de la tribu era referible a lo trascendente y por tanto no se podía cambiar. Esto ya lo sabíamos, ¿no? este tipo de versiones conspiranoicas sobre las religiones están en boca de todos desde el fenómeno mogul de El código Da Vinci. Pero claro, a ese nivel nuestra religión matriz es un coñazo (sólo un Dios, nunca pelea espectacularmente con el demonio, sólo un hijo y una mujer, poca acción o aventura...) si lo comparamos con lo divertidísimo que era el mundillo religioso de la mayoría de las culturas antiguas: sus dioses se pelean, se espían, hay dioses locos, demonios buenos, todo tipo de odios y amores entre ellos... Sin ir más lejos, la mitología griega era un auténtico hervidero de lagartas y pelandruscas montando escenitas de todos los colores , aunque esa cosa suya de la épica, que si los héroes, que si himnos inmortales, que si pompa elegíaca, la convierte en una de las mitologías menos coloristas. Al parecer, los panteones y mitos de los Incas, los Mayas y casi todas las tribus africanas harían palidecer al mismísimo Cárdenas por lo bizarro, colorista y cotilleable de sus andaduras: según se sabe, la gente encargada de diseñar los dioses de cada tribu (ya sé que es un oficio extraño, pero alguien tendrá que hacerlo) solían ser chamanes que tomaban drogas superfuertes (para provocarse éxtasis y ver la realidad con otros ojos) y por tanto el resultado de sus propuestas acostumbraban a ser ... pues ya lo imagináis: puro delirio y al mismo tiempo pura poesía. Eso sí, siempre una versión on drugs de lo arquetipos sociales de la gente a la que iba dirigida la religión de marras. Ya sé que es una explicación un poco simplista, pero las cosas son así de tontas.
La primera conclusión es que ese tipo de religiones politeístas son muchísimo más modernas y divertidas, especialmente cuanto más se escoraban a lo mitológico: hay varios dioses, cada uno lo es a su manera y con sus particularidades, hacen cosas entre ellos y sus historias son siempre animadísimas e interesantes. Y además, muy plurales y con deidades para todos los gustos. El cristianismo como miología, en cambio, es una historieta plana y gris...sólo un Dios, muy poca aventura de la buena, nadie folla (a buenas horas le dices tú eso a un miembro de una tribu primitiva), todo es sumisión y pecado... Quizás por eso por en Europa se mantuvo siempre una tradición panteísta de "espíritus del bosque" (rollo Tolkien y similares) de modo que la gente pudiese creer que había algo de alegría en lo mágico y no sólo ese pavoroso Superdiós católico que era cualquier cosa menos simpático.
A lo que voy. El caso es que esa idea de buscar en lo mitológico la dimensión mágica de uno mismo y de su sociedad, que es lo invariable en todas las religiones, se repite en todas y cada una de las culturas de las que tenemos constancia. Toda civilización tiene su mundo mítico, y toda mitología es un eco moral de la sociedad que las produce. ¿Dónde está actualmente esa mitología que cumpla para nosotros esa función tan necesaria? Supongo que cada uno tiene la suya, pero digamos que lo más generalizado entre la gente de este país es la prensa del corazón y el fútbol, y muy especialmente en la intersección de ambos mundos. Cuando hablo de la prensa rosa no me refiero al típico personajillo que dura poco y pensado únicamente para el sector juvenil de la afición, sino a las grandes genealogías del Hola! (los Grimaldi, los Ordóñez, los Bordiú, los Iglesias-Preysler, las viejas glorias...) que son a fín de cuentas el nucleo duro de dicha prensa y su auténtica razón de ser: las celebrities que consiguen mantenerse en el candelabro más allá de un par de décadas, se convierten en auténticas figuras mitológicas: te ves la biografía de alguien como Carmen Martínez Bordiú y alucinas con las cosas que le tienen pasado a esa mujer, o una Carolina de Mónaco no me extraña que tenga hipnotizadas a las marujas de toda Europa porque todo lo que le pasa es sencillamente mágico. Y por supuesto, los asuntos reseñables de sus biografías y que las convierten en celebrities, pertenece al ámbito de las mismas cosas que le pasan a la gente de la calle: se les mueren hijos, bancarrotas, gloria, enfados familiares, cambios de trabajo... Y si vamos más allá, observando la dimensión social de Madonna (la empresaria a la que todo le va bien), de Ladi Di (modosita sufridora que rehace su vida tras ser despechada), de Michael Jackson (los peligros autidestructivos de ser un peter pan)...ves que más que personajes, son construcciones simbólicas. Cuando entran en la leyenda, sus biografías pasan enseguida a una especie de banco de datos universal y popular en el que todo el mundo sabe de todo famoso qué hizo, cómo le fue, sus consecuencias, etc. Pura moral ejemplarizante, por lo bueno y lo malo. Para eso están las celebrities, y no para otra cosa. Y lo mismo se puede decir del fútbol y sus arquetipos y sus formas de Fe (lo de ir de un equipo: religiosidad que no comprendo), pero eso lo cuenta mejor René.
Por eso, la condena progre de este tipo de espectáculos por considerar que están vacíos de contenido, me parece de absoluta incapacidad analítica. Por supuesto que tienen contenido y que son importantes, ¿por qué ese descrédito de la prensa rosa y ese pretender que la gente se pase el día colgada de Goytisolo? Los griegos, para pensar y para enseñar, ya tenían a sus Aristóteles y sus Sócrates, pero asimismo tenían sus mitos para que la gente flipase con historias de minotauros, titanes e hidras que a día de hoy se pueden interpretar de muchas maneras, pero que así a primera vista eran bobadas absurdas a la altura de cualquier frikada de Marvel: la Odisea y la Ilíada no se hicieron en su día para que fuesen ese asunto tan serio y respetable que nos cuentan ahora los historiadores, sino como comics a lo antiguo para que la gente alucinase. El mensaje moral del que os hablaba venía escondido bajo toneladas y toneladas de buen rollo y diversión. Es importante darse cuenta de que, para ellos, los personajes mitológicos existían y eran de verdad. Pensar que la telebasura no ha estado, a su manera, presente a lo largo de toda la humanidad es un solemne cuento chino, con esa tonta consideración católica de que todo hombre del pasado era más trascendentalista, más sensato, con más valores y más apegado a la justicia: se tragaban unas patrañas tan estúpidas como la más insensata nadería sobre Paris Hilton. Artemisa no tiene nada más de intelectual que lo que pueda tener Madonna. Ulises ha atravesado aventuras cuyo simbolismo encuentran eco en las vivencias de un Agnelli, por ejemplo. Atlas no le ganaría un pulso a Mike Tyson. Y un larguísimo etcétera. Las críticas de infra-cerebros a lo Millas o Javier Marías, pidiendo cabezas a los dirigentes televisivos que nos privan de Goytisolo en prime time, están pidiéndoles a los celtas que prescindan de sus elfos y sus hadas, que los Incas no escuchen historietas de Pachamac y Hurkaway, o que los afrocaribeños prescindan de sus zombies y sus divertidísimas brujas.
Ya sé que los mitos tienen su dimensión política, pero como católicos olvidamos que tambien tienen su dimensión marujil. O viceversa. Pero estoy seguro tambien de que la foto de Ulises y Penélope el día del bautizo de Telemaco sería, hoy en día, portada segura en Hola!
El cotilleo es el susurro moral del pueblo, y por tanto es imprescindible escucharlo. Y mantenerlo.

Rizomanía #3. No entiendo a Schönberg




















Sigo con este hilo dedicado a denunciar las carencias de un sistema educativo que nos ha dejado impedidos (o así lo siento yo) para la comprensión del zeitgeist cultural que atravesamos y las trampas de una estrategia formativa desganada y perezosa que, entre otras cosas, ha provocado que los arquitectos licenciados en Coruña en esta década estemos completamente desorientados ante un mundo que nos supera y en cuyo organigrama no logramos ubicarnos. Dicho en posmoderno: somos una generación que, sea en el mercado laboral o en las redes de producción de realidad, estamos completamente desterritorializados.
En realidad, la desidia de nuestro plan de estudios es consecuencia de una atmósfera culturalmente pasiva en la que nadie se ha preocupado de ponernos al día. Pongo un ejemplo: todos podemos entender a Chopin o Beethoven: su lenguaje nos es conocido, los principios estructurales de sus armonías tonales, nos gusten o no, no incomodan, pueden sonar perfectamente como jingle publicitario o música ambiental de perfumería: pertenecen a la estructura de conocimiento en la que hemos sido educados. Sin embargo, muy poca gente es capaz de escuchar a Schönberg, cuyas composiciones nos suenan intuitivamente extrañas, caóticas, incomprensibles. A los oídos no educados en cierta tradición filosófica, Schönberg no es más que el tipo de música rara susceptible de sonorizar cortometrajes experimentales o performances de arte y ensayo. Su lenguaje no nos es natural, y nos suena necesariamente pintoresco, lo que supone su mayor devaluación como música seria. Sin embargo, la obra de este hombre (que empezó a trabajar hace más de un siglo) es quizás la más influyente de la música del siglo XX. Un siglo del que, en el fondo, no sabemos absolutamente nada.
Si menciono al músico vienés es para ejemplificar la existencia de una línea de pensamiento y arte, que extrañamente nos sigue resultando completamente inaccesible, y sin la cual nos es imposible organizar en nuestra cabeza de manera ordenada y pluridiscipliar el tipo de debates que tienen lugar hoy en día. No entendemos el dodecafonismo (cuyas estructuras matemáticas tienen muchos matices de los que aprender) como no sabemos nada de física cuántica, ni de la verdadera potencia de Freud, ni del ¿post-humanismo? desde Lacan, ni de la verdadera naturaleza del arte abstracto, ni del estructuralismo, ni Heidegger, ni las matemáticas topológicas, ni de Joyce ni de "la cuarta pared". La visión compleja, poliédrica y tridimensional del hombre y el mundo que configuran todas estas exsperiencias culturales, están proscritas a nivel cotidiano en el mundo que nos rodea. Y ello es tolerable a nivel "medios de comunciación" (en "El País semanal" se pueden leer citas de Marx o Proust, pero jamás de Foucault o Jameson)
porque, al fín y al cabo, como pensamiento vivo resulta subversivo en la medida en que puede ser potencialmente revolucionario: se nos ha educado en ideas de otro tiempo, y por tanto carentes de futuro. Lo que no es de recibo es que el sistema educativo, desde preescolar hasta el fín de carrera, construya una idea del mundo heredera de la ilustración y que, en el fondo, es una forma subliminal de neoclasicismo.
A mí personalmente me indigna mucho. En la enseñanza de la arquitectura, se nos ha instado a confiar en un racionalismo que se autojustifica y que no es susceptible de ser puesto en duda, según un esquema epistemológico que finalmente no es más que un atrezzo superpuesto a las ideas de la Grecia clásica, eterno ejemplo de Cultura intachable. La temeraria y descarada ignorancia y simplicidad con las que se nos ha educado, por ejemplo, en el paradigma maquinista (que sigue siendo el eje vertebrador de la estética ESTAC) o en el humanismo metafísico (de ahí la buena prensa de Sartre o Auster entre nuestros profesores) nos ha dejado anclados, insisto que esto es mi muy subjetiva opinión, en unas formas de pensamiento muy superadas por los fenómenos culturales posteriores. Evidencias de esta forma de educación, los hay a patadas, y no hablo ya del arquitecto sino del ciudadano de a pie contemporáneo. Por ejemplo, la gente cree que Einstein (cuya doctrina es perfectamente compatible con la tradición kantiana) es el físico más importante del siglo XX, pero no sabe absolutamente nada de Shrodinger o Planck, verdaderos deconstructores de la mecánica newtoniana. La explicación que hemos recibido de lo político, que es arbórea e ideológica (ideas románticas como los poderosos, el dinero como corruptor, la "justicia" como fenómeno natural no contingente), ignora completamente las vivificantes investigaciones foucaultianas sobre el poder. La frivolidad sigue considerándose como una forma de pecado original, y no se pone en duda esa dicotomía entre "lo superficial" y "lo profundo" que es completamente reaccionaria y heredera del catolicismo. ¡La mayoría de la gente piensa que la distinción entre información y publicidad es muy sencilla! ¡La idea recibida de libertad es más propia del romanticismo alemán que de la psicología contemporánea! ¡El feísmo se explica en términos morales! Y así, ad infinitum.
¿A dónde voy? Pues a que ponernos deleuzianos de repente no consiste en leerse el Mil Mesetas y superponer sus métodos a estructuras de conocimiento que son antitéticas con la posmodernidad. Porque, como digo, no es natural pretender entender a Deleuze y ni siquiera soportar a Schönberg. Insisto en que, en mi opinión, el paradigma en el que hemos sido educados está completamente obsoleto. O al menos, no es el del siglo XX: ¿podemos pensar entonces el siglo XXI?. Aunque no me siento arquitecto, creo que los que sí lo sois tenéis muchísima responsabilidad en la construcción del mundo: espero al menos poder colaborar en el debate, pero para ello hay que ponerse las pilas duramente.

miércoles, 28 de octubre de 2009

mediateca # 53





















MOKIRA - Persona (Type, 2009)

Proyecto ambiental de Andreas Tilliander (superestrella ultra-minimalista con trabajos en Mille Plateaux y Raster Noton), que toma su título y cover art del clásico de Ingmar Bergman y en cuyas notas interiores aparece una dedicatoria a Pete Kemper y Jason Pierce ("Gracias por firmar mi camiseta, Jason, y perdón de nuevo por interrumpir tu concierto").
Aquí.