viernes, 18 de septiembre de 2009






He intentado de nuevo terminar En el camino pero no consigo engancharme: la épica de la huída me pilla muy mayor. Pero Kerouac tiene un magnetismo a lo viejo Hollywood que le hace ser muy atractivo para mí. Impresiona lo acabado que aparece en sus últimas imágenes, deborado por el acohol, tan víctima de su personaje, teatralizando una decadencia tristemente real. Me parece más guapo que su adorado Neal Cassady.