miércoles, 14 de octubre de 2009

"hijo de"
















"Moon", por su condición de hype ultramoderno para geeks y metacríticos, merece ser leída con lupa: su asumida pretenciosidad e indisimuladas (y cultas) referencias icónicas, evidencian su voluntad de convertirse en un clásico instantáneo. Lo reducido de su presupuesto, la modestia de los efectos especiales y lo minúsculo de su reparto no han de llevarnos a engaño: como todo director indie que se precie, Duncan Jones se resiste a asumir la condición de micropelícula de serie B, espacio históricamente infame que pretende trascender y alcanzar la condición de cult movie para paladares exquisitos . No sé si es un debut inmodesto, o es que le pedimos demasiado.
Aún tratándose de una buena película, es sin duda el ruido mediático despertado a su alrededor lo que más daño puede hacer a su ponderación, puesto que el film funciona mucho mejor como minúsculo y casual divertimento multigénero, que como la canónica y enfática puesta al día de la sci-fi metafísica que nos intentan vender: funciona con más naturalidad entre "This island earth" y "Saturno 3" que junto a sus reverenciadas "2001" o "Stalker". De hecho, es la irritante y mórbida tendencia a caer en la cita cómplice (la estética retrofuturista, el pseudo Hal 9000, la recurrente atmósfera de Solaris...), tan posmoderna y tan Winterbottom, el mayor fallo de un director más interesado en poner una pica en el Flandes cool que en sacar adelante una historia cuyas virtudes potenciales son desaprovechadas, precisamente, por los constantes guiños a las obras pretéricas que desacomplejadamente hackea. Como sucedía en la titubeante y cuca "Sunshine", el ojo posmoderno del director busca construír un discurso propio recomoponiendo como un patchwork las ideas de una serie de películas anteriores en pos de algo a medio camino entre el homenaje, la re-construcción y la creación pura.
Pero posmodernidad y referencialidad no significan necesariamente inanidad, o al menos no deberían. No hay nada malo en producir un divertimento lo-fi cuyo encanto resida exclusivamente en su atmósfera e intriga, pero insisto en que el material que maneja Jones se escora demasiado hacia la metafísica como para permitirse el lujo de prescindir de una mínima reflexión al respecto. ¿La sonrojante analogía de la nave espacial como símbolo de un viaje interior no resulta ya caduca? Al final, termina por erigirse el altisonante diagrama de una sencillita historia de ciencia ficción, acicalado para la ocasión como el típico thriller de personajes encerrados en el medio de la nada, y poco más: se desaprovecha el interesante asunto del clon como metáfora, se saca nulo provecho al robótico coprotagonista, y se cargan demasiado las tintas en el supuesto drama de la historia, hilvanando con más o menos acierto ideas que suenan ya conocidas y superadas. "Moon" quiere ser una versión artistificada de ciertos miniclásicos del género (especialmente "Atmósfera cero" y "Solaris") pero el trazo grueso de sus metáforas y lo innecesariamente flemático de su narración, le restan toda frescura a un producto que, de haber ladeado hacia lo lúdico, quizás hubiese encontrado el calado que pretende: en la serie B, a menudo el mensaje se cuela por la puerta de atrás, pero ello requiere una modestia y un oficio para los que los indies de revista trendy no parecen tener paciencia. Como supuesto relato íntimo no funciona, más allá de un par de trilladísimas metáforas que, de tan lugar común, parecen más propias del mundo de la publicidad.
Nada nuevo bajo el sol, ni sobre la luna.