viernes, 30 de octubre de 2009

Rizomanía #5. FUCKault para fundamentalistas




















Me gusta cómo ha quedado la anterior entrada de este hilo, que ha resultado lo más parecido que puedo imaginar a un manifiesto del pop desde la óptica crisisdefe: las celebrities son un fenómeno cargado de democracia, una mitología construída por el pueblo sin que ninguna mano negra pueda hacer nada por imponer su criterio sobre quién debe ser celebrity y quién no. Una campaña de marketing puede producir famosillos efímeros tipo New Kids On The Block, pero para entrar en el Gran Panteón Universal hace falta mucho más que un empresario sagaz. La biografía de una Jackie Kennedy Onassis es tan increíble, que ninguna ficción manipuladora podría hacerle sombra: la gente ha selecionado de ella lo tipificable, y espontáneamente ha relegado el resto al olvido. El hechizo que tiene Madonna supera en efectividad a la más sofisticada campaña publicitaria. El Ídolo que desprecian los intelectuales es aquel constructo cultural producido desde el proletariado desobedeciendo los imperativos moralizantes de los salvaguardas culturales de la Academia.
Como he dicho, creo que el origen de lo mitológico tiene mucho de moralizante, y por ello los grandes pensadores sociales del siglo XX vieron en los ídolos contemporáneos un tremendo peligro en la medida en que si el poder se hiciese con su control, podría convertir a la masa en un ente sumiso y adormecido: de ahí distopías tan fascinantes y necesarias como las de Orwell o Huxley, y la literatura proto-anarquista y anti pop de intelectualos como la Hannah Arendt, Fredric Jameson o el ubicuo FUCKault. Obsesionados por la supuesta dimensión alienante de los medios de comunicación de masas, todos estos pensadores sacan el látigo y nos fustigan por leer desacomplejadamente los cotilleos del Marca, o pasar el viernes con Jorge Javier Vázquez y su delirante fauna, o interesarnos por los detalles más glamourosos (y los más morbosos tambien) de la boda de Chabeli y Bofill. Desde la esfera académica, todas esas costumbres cotianas son embrutecedoras e indignas del epicúreo superhombre del futuro que nos piden que seamos. A un autoproclamado juez moral como el papanatas Javier Rioyo, cosas como esa bizarrísima portada de Sergio Ramos creando tendencia desde un panfletillo gay, le parece poco menos que un signo del inmediato advenimiento del Apocalipsis Moral de occidente.En crisisdefe no nos duelen las vergüenzas al reconocer que dicha portada nos parece divertidísima y hasta sublime. Una de las razones es que viene cargada de información sobre los sueños y ambiciones del ciudadano al que va dirigida (las celebrities, como termómetro moral de la sociedad, no tienen precio), pero tambien y más específicamente, por lo que tiene de lúdica y desacomplejada factoría de magia. Son fenómenos culturales espontáneos y maravillosos, muy en sintonía con lo que Jordi Costa reivindica como tradición dionisíaca de occidente, siempre condenadas por una supuesta élite pensante que ve cómo dichas formas culturales les roban el protagonismo moral que quieren monopolizar. Ese occidente dionisíaco antaño era perseguido por la Iglesia, y hoy en día por los "pensadores progresistas". Foucault hablaba del poder pastoral en tercera persona, ignorando de que tras su discurso se esconde asimismo un pastor moral. O cuando menos, en eso lo han convertido.
Cuanto más investigo el mundo de los filósofos e intelectuales (mundo que no termino de sentir como el mío) más me enfuerece comprobar hasta qué punto son tan castradores como lo habían sido históricamente los curas. La Iglesia tradicional nos culpaba de nuestros deseos, nos obligaba a estar subyugados bajo la verdad inmanente de la Biblia, nos decía que muchas de las cosas que hacíamos con naturalidad estaban mal y nos condenarían al infierno. Hoy en día, ese papel punitivo y castigador de la curia tradicional se la han adjudicado todos esos listillos de la esfera académica que, al modo católico, nos culpan por lo poco ilustre de nuestras más bajas pasiones culturales, por lo malos e insolidarios que somos, y han sustituido el papel del infierno como condena y castigo, por sentencias del tipo "esto que hacéis convertirá el mundo en un espacio de vulgaridad y superficialidad", "lo que os gusta no debería gustaros", "nosotros tenemos contenidos alternativos que os redimirán"... siguiendo el típico esquema totalitarista en el que alguien acusa al pueblo de Pecador y monopoliza la forma de exculpación. Para curarnos del pecado Paris Hilton, un buen chute de Goytisolo.
¿Conocéis a algún seguidor de FUCKault? Estaréis de acuerdo en que, al igual que los lacanianos, son una gente absolutamente fanática que citan al Gurú con la misma sumisión religiosa con la que los Talibanes sacralizan sus textos mitológicos. El fuckaultiano, más que pensar por sí mismo, cita constantemente el epígrafe número 17 del libro 3 del año X, te recuerda la importancia de un aforismo que Michel soltó en su Conferencia / Homilía en Lobaina en no sé qué año, y en cuanto das tu propia versión de lo que dice el filósofo, te sueltan el sempiterno tú no entiendes a Foucault. La interpretación de esos Textos Sagrados ha de hacerse bajo el tutelaje de esos albaceas integristas, que hacen gala de una literalidad hermenéutica similar a la que acusamos a los fundamentalistas islámicos en sus lecturas del Corán. De hecho, es delirante asistir a semejantes ejercicios de canonización de autores que siempre lucharon contra estos servilismos que desvirtúan el mensaje inicial: el propio FUCKault había previsto que, en caso de imponerse sus ideas, sería absolutamente imprescindible que se produjese una reacción intelectual contra ellas, puesto que la historia de la humanidad debería ser un perpetuo revelarse contra los consensos.
He terminado por aburrirme de esas lecturas tan serviles y sacralizantes de Deleuze, FUCKault y todos los demás. Lecturas impersonales y cobardes, en las que el lector se autositúa en posición de sumisión ante las Verdades que indudablemente poseen estos ídolos académicos. Lo interesante de esos autores (su aroma, lo que tienen de meramente atmosférico, su forma de pensar más que el contenido de sus pensamientos) pierde completamente su sentido cuando se sacraliza de un modo tan rudimentario. Y sí: en crisisdefe asentimos en algunas teorías FUCkaultianas, pero tambien leemos el Hola! y muchas de las cosas que decimos seguramente sean intelectualmente incorrectas, que es lo que más nos gusta. Ya lo decía el santificado Lacan : "Como revolucionarios, sois unos histéricos en busca de un nuevo amo. Y lo tendréis".