miércoles, 15 de julio de 2009

Drowned world / Substitute for love

















Probablemente, ninguno de ellos ha comprendido las señales de humo. Es un lenguaje complejo, hay quien cree ver la forma de una cebra, cuando lo que quería decir es "ahí va un caballo".
Tal vez sea el viento, que diluye vapores y dispersa los significantes, confundiendo un "mayday" con un "may day", capaz de acallar estruendos e imponer silencios, llevarse las nubes para que siempre parezca primavera. La misma brisa que cambia pájaras por pájaros, y pájaros por pajarillos, y pajarillos por moscas grandes.
Señales de humo, y un libro abierto en lenguaje braille. Intenté decodificar las metáforas de esa poesía involuntaria que es tu lenguaje corporal: el cómo te sientas, cómo respiras, qué miras cuando no miras a ninguna parte, tus gestos acentuados e insensatos, las palabras que no pronuncias, los ambiguos ademanes de tu entrecejo. En una botella recibí tu carta, y supe leer carencia, desamor y flaqueza allí donde habías escrito neurosis, ciclotimia y anorexia, con esa gramática tuya tan perfectamente exacta, tan dolorosamente milimétrica. Me esforcé en traducir al humo lo que me habías dicho en silogismos matemáticos, diluír las geometrías y decodificar las aristas, tu idioma es el del vacío atómico, lo impreciso, lo informe, la probabilidad cuántica.
Humareda, ¡qué culpa tenemos si no son capaces de comprender aquello que sólo se puede decir a través de un poema!