sábado, 24 de octubre de 2009

simulacro #20
















































Sencillamente espectacular es el trabajo de Desiree Palmen, que me ha llegado a través de las reseñas de la explo colectiva "Camuflajes", en La Casa Encendida. Seguramente sus trampantojos humanos nazcan de una cierta posición política frente a la ubicuidad de las cámaras de seguridad y mecanismos de control y normalización por parte del gobierno. Sin embargo, más allá de esa lectura de su obra como agitación urbana, lo que me hechiza es la evocación de la gran quimera del voyeur: pasar desapercivido, desaparecer del campo visual, como estrategia de poder. El Gran Hermano, la mano negra, el Demiurgo y el vigía del panóptico, todos ellos obtienen su fuerza de su invisibilidad.